Archivos

  • Boletín Cultural y Bibliográfico
    Vol. 57 Núm. 105 (2023)

    Una mirada a la colección familiar Acosta Samper, de la BLAA

    En esta edición del Boletín Cultural y Bibliográfico continuamos con una línea de trabajo desarrollada en números anteriores: explorar archivos y colecciones que forman parte del acervo documental custodiado por la Biblioteca Luis Ángel Arango. El estudio de estos archivos patrimoniales nos permite entender sucesos, acontecimientos y personajes históricos en un contexto determinado, y nos ayuda a visibilizar, para los investigadores, los ricos fondos documentales de la Red de Bibliotecas.

    En esta ocasión nos ocupa la Colección Familiar Acosta Samper, un fondo documental adquirido por el Banco de la República en 2020, compuesto por manuscritos, recortes de prensa y libros con firmas autógrafas de tres importantes miembros de la élite intelectual colombiana y latinoamericana del siglo XIX: Joaquín Acosta (1800-1852), Soledad Acosta de Samper (1833-1913) y José María Samper (1828-1888). El magnífico trabajo de catalogación y descripción del material, realizado por Cristian Salamanca Arévalo, así como la organización y contextualización llevada a cabo para la versión digital del archivo disponible en la Biblioteca Virtual, son un aporte a la investigación sobre estos personajes y su momento histórico.

    Dentro de este conjunto documental merece especial mención lo correspondiente a Soledad Acosta de Samper, figura clave en la literatura colombiana del sigo XIX, hija de Joaquín Acosta y esposa de José María Samper, a quien Carolina Alzate, editora invitada de este número, ha estudiado a profundidad. Carolina señala que Soledad no tuvo descendencia directa (fue hija única de Joaquín y ella y José María Samper no tuvieron nietos) y tal vez por eso su obra literaria, y como editora, se dispersó. Es por eso que reunirla y continuar trabajando en su conservación, digitalización, caracterización y estudio es de gran importancia para comprender el sigo XIX. Esta colección enriquece además la Biblioteca Digital Soledad Acosta de Samper, proyecto inaugurado en 2019 y liderado por la Universidad de los Andes y la Biblioteca Nacional, el cual se nutre de los acervos que estas instituciones conservan, de las colecciones pertenecientes al Instituto Caro y Cuervo, y desde 2022 aquellas de la Biblioteca Virtual del Banco de la República y del Gimnasio Moderno.

    Sobre Joaquín Acosta se ha investigado relativamente poco y aún queda mucho por conocer sobre las contribuciones de este personaje en diferentes disciplinas. En cuanto a José María Samper, su voluminosa y en muchos casos controvertida obra merece ser mejor estudiada.

    Esperamos que esta edición del Boletín contribuya con sus diversas miradas a conocer más acerca de estos personajes, de las inquietudes profesionales y personales que los motivaron a buscar determinados caminos para desarrollarse intelectualmente.

    Asimismo, dejamos la invitación a visitar esta valiosa colección documental disponible
    virtualmente en:

    https://www.banrepcultural.org/coleccion-bibliografica/especiales/coleccion-familiaracosta-samper

    https://soledadacosta.uniandes.edu.co/

    Consulte este número y el archivo completo del Boletín Cultural y Bibliográfico desde 1958 en http://www.banrepcultural.org/boletin-cultural

    Ilustración de portada y viñetas de la edición 105: Daniela M. Acosta Parsons

  • Portada del número 104 del Boletín Cultural y Bibliográfico con una ilustración de Laura González que muestra seis mujeres latinoamericanas practicando oficios ancestrales e históricos

    Boletín Cultural y Bibliográfico
    Vol. 57 Núm. 104 (2023)

    Espiritualidades no hegemónicas y arte contemporáneo de América Latina y el Caribe

    Esta edición del Boletín Cultural y Bibliográfico presenta una novedad frente a lo que regularmente hacemos: el tema ha sido explorado en un ámbito geográfico que sobrepasa los límites de Colombia, flexibilidad impuesta por la materia misma de estudio. La reflexión sobre espiritualidades alternativas como formas de pensamiento y creación involucra una geografía que va más allá de lo nacional, y que nos invita a replantear los límites de lo espiritual, lo artístico y lo político. Para relacionar el arte con diversas espiritualidades, en esta edición se presentan cinco escritos producidos a partir de investigaciones sobre trabajos artísticos específicos en América Latina y el Caribe desde los años setenta.

    Desde la década de 1980, historiadores del arte de diferentes geografías y áreas de especialización se han preocupado con mayor intensidad por la relación entre arte y espiritualidades no hegemónicas o alternativas. Aunque de manera intermitente y sin una pertenencia a alguna escuela de pensamiento, estas investigaciones han revelado una cultura visual rica, nutrida de diversas cosmogonías y sistemas espirituales que datan de períodos precoloniales. En América Latina, la presencia de culturas indígenas y afrodiaspóricas, en combinación con tradiciones católicas y paganas, ha hecho complejas estas manifestaciones culturales que además permean muchos aspectos de la vida cotidiana.

    Sin embargo, solo en la última década, universidades, museos y galerías en diferentes países abrieron el espacio para el estudio y disfrute de esta producción visual, a través de programas educativos y exhibiciones. Ello coincide con el interés de numerosos artistas contemporáneos por recuperar tradiciones espirituales que se pensaban perdidas. Este movimiento cultural abraza conversaciones similares sostenidas de manera exploratoria durante los años sesenta y setenta, señalando un retorno o el inicio de un nuevo ciclo que fortalece los lazos entre creación artística y espiritualidades alternativas. A pesar de estos avances, el estudio de las artes desde una perspectiva espiritual sigue siendo un campo debatido y un tabú, y las metodologías existentes para su análisis resultan incipientes.

    El primer artículo está a cargo de Julián Sánchez González, historiador del arte y editor invitado para este número. En su texto, propone una narrativa histórica pionera sobre el Primer Congreso Mundial de Brujería, celebrado en Bogotá en 1975 y organizado por el empresario, político y místico colombiano Simón González Restrepo. Partiendo de la relación de González con su padre, el filósofo Fernando González, y la vanguardia del nadaísmo, Sánchez hace un análisis del valor simbólico del Salón de Arte Brujo, una exposición de arte a gran escala organizada por María Teresa Guerrero en el marco del congreso. El argumento se adentra en la obra de los artistas Feliza Bursztyn y Luis Durier, para dar cuenta de la transversalidad de las espiritualidades alternativas en el arte colombiano de los años setenta.

    Sigue el artículo de la artista plástica e investigadora Astrid González Quintero, una voz emergente en el arte contemporáneo colombiano. En su escrito, presenta resultados de un proyecto de investigación sobre las plantas mágico-religiosas, las mitologías y los rituales de sanación en el Pacífico colombiano. Con una propuesta metodológica decolonial, en parte antropología familiar y en parte ficción, la artista hace visibles las tradiciones espirituales afrodiaspóricas colombianas, al tiempo que salvaguarda su privacidad y las protege de su exotización por parte de miradas externas. En su práctica artística Gonzalez Quintero combina video, performance e instalación, y comparte su interés por traer al espacio público cosmogonías negras que se han visto con recelo por causa de las herencias coloniales en el país.

    El tercer artículo es del antropólogo colombiano Luis Eduardo Luna, pionero en las investigaciones sobre cosmogonías, rituales y visiones asociados a la ingesta de ayahuasca o yajé por parte de comunidades indígenas y mestizas en el Amazonas. Su texto relata, en primera persona, un proceso que se inició en los años sesenta, para luego centrarse en la figura del pintor autodidacta peruano Pablo Amaringo. Además de compartir su mirada sobre el desarrollo de la carrera de Amaringo, Luna describe algunas de sus obras más importantes y se detiene en la fundación de la Escuela de Pintura Amazónica Usko-Ayar, iniciativa que desarrollaron conjuntamente. El escrito ofrece una reflexión sobre el impacto de estos proyectos en nuevas generaciones de artistas que tomaron como base creativa su relación espiritual con la bebida amazónica.

    El cuarto texto estuvo a cargo de la investigadora y curadora chilena Carolina Castro Jorquera, quien se interesa en la intersección de la espiritualidad, la ciencia y la filosofía en el arte contemporáneo latinoamericano. A partir del concepto de “tecnologías espirituales” propuesto por la artista y antropóloga Bárbara Santos, Castro analiza algunas obras digitales e instalaciones de la artista chilena Patricia Domínguez y el trabajo del cineasta mapuche Francisco Huichaqueo. Ella propone que estos creadores combinan el uso de las tecnologías digitales con las espirituales para elaborar un discurso decolonial con implicaciones políticas y ecocríticas. Esta conversación abre el espacio para considerar epistemologías indígenas como puente para reformular nuestra concepción del paso del tiempo, así como de los lazos de solidaridad que los humanos podemos establecer con otras especies.

    Para cerrar, el editor invitado ofrece una entrevista con la investigadora haitianoestadounidense Petrouchka Moïse, quien cuenta parte de sus experiencias como curadora digital de la colección de arte haitiano del Waterloo Center for the Arts y el Grinnell College de Iowa, la más grande de su tipo en el mundo. Moïse presenta un proyecto de investigación único que potencia el uso de las humanidades digitales en iniciativas educativas sobre el arte de la diáspora africana. Para ello, habla de su relación con el coleccionista Jean-Daniel Lafontant, líder del Na-Ri-VéH, templo vodoun en Puerto Príncipe, y de la artista Tessa Mars, como punto de partida de su interés por construir una defensa comunitaria de la herencia cultural de su país. Su trabajo explora las posibilidades de la realidad aumentada para comunicar la riqueza y los retos que plantea la preservación de las filosofías y creencias del vodoun haitiano.

    Consulte este número y el archivo completo del Boletín Cultural y Bibliográfico desde 1958 en http://www.banrepcultural.org/boletin-cultural/

    Ilustración de portada y viñetas de la edición 104: Laura González Fernández

  • Boletín Cultural y Bibliográfico
    Vol. 56 Núm. 103 (2022)

    Las constituciones políticas y las asambleas constituyentes de Colombia: 1811-1991

    Se sabe que desde su fundación como república independiente, en la década de 1820, Colombia se adentró en un camino bastante legalista. Igualmente se conoce que, por este legalismo y las múltiples guerras civiles, se expidieron numerosas constituciones políticas y reformas constitucionales sustanciales a lo largo de los siglos XIX y XX. La abundancia de constituciones y disputas alrededor de las cartas políticas ha sido un componente esencial de la historia moderna de este país.

    Para continuar con las reflexiones en torno a la conmemoración del Bicentenario de la Independencia, que se inició en 2019 y se extenderá hasta 2023 –año en que vamos a rememorar el centenario de la Misión Kemmerer y la creación del Banco de la República–, presentamos esta edición del Boletín Cultural y Bibliográfico con un repaso por algunas de las asambleas constituyentes más significativas de la historia política de Colombia, tema de gran relevancia para recordar nuestro pasado y, tal vez, ayudar a entender lo que somos en el presente. Desde 1811, cuando se expidieron las primeras constituciones provinciales de la Nueva Granada, hasta 1991, cuando se emitió nuestra más reciente constitución, las asambleas constituyentes han sido el mecanismo para establecer la redacción, debate y promulgación de nuevas cartas políticas.

    Los artículos que componen este número del Boletín buscan responder preguntas que surgen respecto a las asambleas constituyentes, y que cada uno de los especialistas en los diferentes periodos analiza y contextualiza. Algunas de estas preguntas son: ¿cómo se conformaron las asambleas constituyentes en cuestión?, ¿qué tipo de participación y procesos electorales las rodearon?, ¿quiénes fueron sus integrantes?, ¿a qué grupos sociales, ocupacionales o culturales pertenecieron ellos?, ¿qué corrientes conceptuales o políticas representaron y abanderaron?, ¿cómo operaron las respectivas asambleas y por cuánto tiempo?, ¿qué debates fueron centrales durante su curso?, ¿qué tipo de carta produjeron, en términos generales?

    Abrimos el número con “Los colegios electorales de la década revolucionaria”, artículo a cargo de Armando Martínez Garnica, quien nos proporciona un contexto sobre el universo de los colegios electorales y constituyentes que se reunieron en las provincias de la Capitanía General de Venezuela y el Nuevo Reino de Granada, el de los colegios revisores que los siguieron, y el legado institucional que aportaron a las cartas constitucionales de las nuevas naciones erigidas al final del proceso revolucionario.

    A continuación, Víctor Uribe-Urán, editor invitado, a través de “El Primer Congreso General de Colombia, Villa del Rosario de Cúcuta, 1821”, nos hace un recorrido por la asamblea que produjo la primera constitución nacional. Además de responder a las preguntas fundamentales ya planteadas, se esbozan los rasgos generales y el significado de la carta constitucional que emanó del Primer Congreso, especialmente su contribución al desarrollo de un habitus republicano.

    En el tercer artículo, “El Congreso y la Constitución de 1853: itinerario político de las reformas liberales”, Efraín Sánchez nos ofrece un recorrido similar en cuanto a las preguntas que guían el desarrollo del texto, y proporciona una mirada a la asambleade 1853, que dio legitimidad constitucional a las reformas de la revolución liberal de mediados del siglo XIX.

    El siguiente ensayo estuvo a cargo de Karla Escobar Hernández. “El optimismo en medio del temor: la Convención Nacional de los Estados Unidos de Colombia, Rionegro, 1863” discurre en torno a tres momentos: las transformaciones de la carta en el marco del reformismo de mitad de siglo; los personajes que participaron en la Asamblea Constituyente, y su papel al pensar el orden republicano a una escala transnacional.

    En el quinto artículo, “El Consejo Nacional Constituyente de 1886”, Eduardo Posada-Carbó aborda una constitución que, según él mismo afirma, no ha tenido buena prensa en la historiografía colombiana, por su identificación con el autoritarismo del régimen de la Regeneración.

    Para cerrar, Jorge González Jácome, en “La Asamblea Nacional Constituyente de 1991: una propuesta para leer su multiplicidad de significados”, propone una miradaque devela claves para entender el momento en que sucede la Constituyente de 1991. Más que contar la historia del proceso constituyente, se plantea la imposibilidad de construir una historia definitiva, e invita a reflexionar sobre la multiplicidad política, social, económica, racial y de género que compone una sociedad diversa y compleja.

    Consulte este número y el archivo completo del Boletín Cultural y Bibliográfico desde 1958 en http://www.banrepcultural.org/boletin-cultural/

    Ilustración de portada y viñetas de la edición 103: Juan Manuel Rico Londoño

  • Boletín cultural y bibliográfico No 102

    Boletín Cultural y Bibliográfico
    Vol. 56 Núm. 102 (2022)

    MARIO ARRUBLA: UN INTELECTUAL CON MUCHAS CARAS

    Mario Arrubla Yepes (14 de mayo de 1936 - 7 de diciembre de 2020) fue un pensador antioqueño que vivió sus últimas dos décadas en un exilio voluntario. Radicado en Estados Unidos, falleció a los 84 años, dejando un trabajo intelectual y una obra literaria poco conocidos en Colombia. Además de ser escritor, desarrolló una rigurosa labor como editor y director de varias publicaciones.

    Para darle a Mario Arrubla el lugar que merece en el pensamiento y la cultura colombianos, dedicamos este número del Boletín Cultural y Bibliográfico a develar y divulgar su biografía intelectual, entreverada con la historia de la segunda mitad del siglo XX. Se trata de un autor que tuvo gran influencia en la década de 1970 y su estudio de caso permite profundizar en el entendimiento de las complejas relaciones entre la cultura y la política durante ese período.

    Abrimos el número con el texto “Imágenes”, de Bernardo Correa, que ofrece una amplia semblanza que destaca la personalidad y las características intelectuales de Arrubla, incluyendo una reflexión sobre su labor editorial como un ejercicio a favor de la democracia.

    El segundo artículo “Mario Arrubla: editor, maestro de escritura”, a cargo de José Zuleta, amigo personal del intelectual antioqueño, quien valiéndose de sus memorias y de una nutrida correspondencia nos devela la forma en que Arrubla concebía el oficio de escritor: una actividad práctica, un oficio que se cultiva, en los cuales la precisión y la eficacia son elementos clave.

    En el siguiente artículo, “La literatura como compromiso político”, Sandra Jaramillo Restrepo, editora invitada para el número, profundiza en Arrubla como autor de literatura, exponiendo y analizando el conjunto de sus trabajos, hasta donde se ha podido establecer. Un aporte inédito e innovador, pues el escritor recurrió a una serie de seudónimos que obstaculizaban el reconocimiento de sus publicaciones.

    El cuarto artículo, “Arrubla y los Estudios sobre el subdesarrollo colombiano”, escrito por Juan Carlos Villamizar, analiza su faceta de economista, mostrándolo como un pionero de la corriente intelectual que en América Latina desarrolló la posteriormente llamada teoría de la dependencia. Esta, aunque cayó en desuso junto con la crítica al estructuralismo, hoy es reivindicada por diversos autores dados los elementos útiles que contiene para comprender la economía mundial, reconstruyéndose como una teoría muy plural.

    Cerramos con un escrito de Ramiro Montoya, amigo y coequipero de Mario Arrubla, quien en “La forja de un rebelde” presenta una semblanza cálida y cercana al devenir de este personaje en los contornos de su generación. Recuerda especialmente las empresas editoriales conjuntas, incluida la revista Al Margen.

    Como contenido complementario a los ensayos, incluimos un inserto adicional con un texto de Margarita Valencia, quien nos ofrece unas “Lecturas materiales” de gran parte de la producción editorial de Mario Arrubla.

    Agradecemos especialmente a los autores, a la editora invitada y a la familia de Mario Arrubla, quienes nos facilitaron piezas para el componente gráfico del número.

    Consulte este número y el archivo completo del Boletín Cultural y Bibliográfico desde 1958 en http://www.banrepcultural.org/boletin-cultural/

    Ilustración de portada y viñetas de la edición 102: Guillermo Enrique García Aycardi (Gega)

  • Boletín Cultural y Bibliográfico
    Vol. 55 Núm. 101 (2021)

    BALANCE BIBLIOGRÁFICO DE LA ÚLTIMA DÉCADA

    El número 101 es un especial del Boletín Cultural y Bibliográfico que continúa una tradición de varias décadas: hacer el balance de la producción editorial y la investigación en áreas específicas del conocimiento. Incluimos revisiones sobre literatura infantil y juvenil, arte, historia, filosofía, narrativa gráfica, antropología, narrativa, poesía, cine y teatro. El último balance fue publicado en 2011 (Boletín n.°s 79-80) y en esa ocasión se incluyeron también arqueología y sociología. Una vez más invitamos a expertos para hacer un inventario crítico de lo publicado en su disciplina. Con estos análisis esperamos dejar huellas claras para seguir la evolución histórica de algunas áreas del sector editorial nacional y complementamos la labor de las reseñas bibliográficas que presenta el Boletín en cada número.

    A lo largo de los diez escritos se hace evidente una producción editorial fructífera y el surgimiento de preguntas urgentes sobre diversidad, género, conflicto armado y memoria, como común denominador de los diferentes campos del conocimiento. Por algo será.

    En este número especial de balance presentamos por primera vez una infografía con indicadores del sector del libro en Colombia, elaborada por Wilson Colmenares con el acompañamiento del equipo de investigación del proyecto “Bibliotecas personales de lectores habituales”, integrado por el Instituto Caro y Cuervo, la Universidad de Antioquia y la Universidad Jorge Tadeo Lozano. Se presentan indicadores sobre agentes, producción, distribución, comercialización y empleo. El ejercicio muestra el reto que para la investigación representa la escasez de información detallada y constante que permita una adecuada medición e interpretación de la dinámica del sector editorial.

    Para la ocasión contamos con el trabajo creativo de cinco ilustradores colombianos que interpretaron con sus líneas la trayectoria editorial de los últimos diez años y dieron un toque nuevo a esta revisión disciplinar.

    Ilustración de portada y viñetas: Felipe Carrión Penagos (Cigarra Entinta)

    Consulte este número y el archivo completo del Boletín Cultural y Bibliográfico desde 1958 en http://www.banrepcultural.org/boletin-cultural/

  • Boletín cultural y bibliográfico No 100

    Boletín Cultural y Bibliográfico
    Vol. 55 Núm. 100 (2021)

    COMUNIDADES POLÍTICAS IMAGINADAS

    En la presente edición del Boletín Cultural y Bibliográfico retomamos la reflexión sobre el bicentenario de la Independencia, que iniciamos en 2010 y esperamos continuar hasta 2023, año en que el banco emisor cumple cien años de haber sido fundado.

    El nacimiento de una nación es visto a menudo por la historiografía como el curso natural de los acontecimientos, como un camino ineludible, prescrito y único. Esta mirada oculta la incertidumbre enfrentada por quienes debatían, tomaban decisiones e inventaban maneras de organizarse, así como la diversidad de formas en las que distintas poblaciones experimentaron la transformación. La narrativa nacional (y nacionalista) dio lugar a una jerarquización del territorio y las expectativas de sus habitantes. Muchas de ellas quedaron subordinadas a los planes y proyectos que lograron imponerse como nacionales. El modelo de la razón liberal se instauró especialmente en lo económico, mientras las tensiones entre federalismo y centralismo, y entre Iglesia y Estado, ocuparon los debates políticos del siglo. En el entretanto, las expectativas y futuros imaginados de otras comunidades políticas quedaban al margen. Por ello, hemos dedicado esta edición del Boletín a registrar y resaltar aquellos otros futuros imaginados por comunidades que, de una u otra manera, intentaron construir un proyecto alternativo de nación o estructura social.

    En el texto introductorio, Margarita Garrido, editora invitada, nos presenta de forma clara los diferentes artículos que los lectores encontrarán en esta edición y algunos aspectos generales para entender adecuadamente estas miradas.

    Con esta edición, el Boletín alcanza 266 números desde que comenzó en 1958, y el número 100 de la segunda etapa, iniciada en 1984 cuando cambió su tamaño y características, impulsando un reconocimiento en el ámbito de las publicaciones culturales del país por su contenido, así como por su calidad gráfica y de impresión. Para celebrar, damos a conocer una tipografía diseñada especialmente para la Subgerencia Cultural, proyecto liderado por Juan Pablo Fajardo y el equipo de Piedra Tijera Papel, oficina de edición, investigación y diseño. La historia del desarrollo de esta tipografía, que se cuenta en la sobrecubierta especial de este número, señala también algunos hitos en la consolidación del trabajo cultural del Banco de la República durante varias décadas.

    Consulte este número y el archivo completo del Boletín Cultural y Bibliográfico desde 1958 en http://www.banrepcultural.org/boletin-cultural/

  • Boletin cultural y bibliográfico No 99

    Boletín Cultural y Bibliográfico
    Vol. 54 Núm. 99 (2020)

    LOS HERBARIOS: UN PATRIMONIO NATURAL

    Gran parte de la vida de los seres humanos depende del reino vegetal: alimentación, salud, vestido, vivienda, utensilios, espacios vitales como jardines y parques, por no hablar de su presencia en la literatura y el arte.
    Una simple mirada histórica al estudio del tema establece que en la Edad Media surgió un interés muy especial por las plantas medicinales y este fue, sin duda, el punto de partida de la botánica. Numerosos libros, llamados por entonces “herbarios”, describían las plantas y sus efectos medicinales, e incluían dibujos que en mayor o menor medida presentaban con fidelidad sus características. A mediados del siglo XVI apareció en la Universidad de Bolonia la primera colección de muestras vegetales disecadas y protegidas en papel. Tal método de conservación, todavía vigente, se convirtió en un valioso procedimiento para preservar especímenes que pronto no solo fueron los de uso medicinal, sino todo el espectro de plantas con que nos relacionamos los seres humanos.
    Estas muestras constituyeron colecciones que en principio fueron privadas pero luego, en las universidades y jardines botánicos, se convirtieron en públicas, y son las que se conocen como herbarios.
    Dedicamos la presente edición del Boletín Cultural y Bibliográfico a este importante tema, que pasa inadvertido para el ciudadano común. Esperamos que con estos cinco artículos se abra la puerta para poder acercarse un poco más a la historia, importancia, funciones e institucionalidad de los herbarios, y de esta forma comprender mejor su valor patrimonial.
    En el primer artículo, “Los herbarios: una historia”, Fernando Sarmiento y Eduino Carbonó hacen un recorrido por el desarrollo de estas instituciones, aportando datos interesantes sobre la creación de los primeros herbarios y su vínculo con la universidad y los jardines botánicos.
    A continuación, Enrique Forero y Fernando Sarmiento, editores invitados de este número del Boletín, en su artículo “Qué hace y para qué sirve un herbario” nos hablan de la importancia de estos espacios para la ciencia, la economía y la cultura, y nos ofrecen el detalle de cómo funcionan y operan internamente, cómo se organizan y preservan las colecciones botánicas.
    En el tercer artículo, Felipe Cardona cuenta la historia de los herbarios en Colombia y ofrece información sobre la Asociación Colombiana de Herbarios, eje articulador de la institucionalidad del sector en Colombia.

    El cuarto artículo “El Herbario Nacional Colombiano”, a cargo de Esperanza Guerra y Enrique Forero, aborda el devenir de esta entidad encargada de proteger y salvaguardar la colección de plantas más grande del país.
    Para terminar, Fernando Sarmiento, director del Herbario de La Salle, nos relata la historia del primer herbario colombiano, creado en 1913 y destruido en su mayor parte el 9 de abril de 1948, durante el Bogotazo.
    En esta ocasión el componente gráfico del Boletín estuvo a cargo de cinco artistas e ilustradores colombianos, a quienes agradecemos su excepcional trabajo y contribución.

  • Caratula, BCB 98

    Boletín Cultural y Bibliográfico
    Vol. 54 Núm. 98 (2020)

    LA COCINA COLOMBIANA

    La cocina colombiana, o más bien las cocinas de este país de regiones, son el resultado de un lento mestizaje y fusión cultural que abarca siglos y abraza tradiciones indígenas, ibéricas, africanas y recientemente de países del Medio Oriente, acogiendo incluso la globalización. Al mismo tiempo, la alimentación es un lugar de tensiones y
    resistencias, pues no siempre la despensa y la distribución se conjugan con un uso sostenible de los ecosistemas. Las prácticas culinarias, que a fuerza de reiteración se vuelven tradicionales, reflejan creencias, conocimientos y usanzas que las hacen patrimonio inmaterial ligado a la identidad y a la convivencia, y son a su vez la base de la innovación que garantiza su permanencia cultural.

    Además del interés reciente en la culinaria a nivel mundial, las ciencias sociales se han ocupado de estudiar cómo esta manifestación cultural nos informa sobre lo que somos y sobre nuestra diversidad, mientras en Colombia crece el número de investigadores especializados en las prácticas culinarias. Por nuestra parte, dedicamos el presente número del Boletín Cultural y Bibliográfico a este tema, con el apoyo riguroso del Colegio de Estudios Socioculturales de la Alimentación (Cesac) y el acompañamiento de José Antonio Carbonell como editor invitado.

    Abrimos este número con un artículo en que el historiador Jorge Orlando Melo expone la forma como se fue configurando la cocina colombiana a partir de la dieta de los indígenas, quienes contaban con una despensa natural y formas de producción que los proveían de ingredientes saludables, y la gran transformación que supuso la llegada de los españoles con su propio caudal de alimentos, tipos de cultivos y prácticas de explotación. Nos ilustra, desde el punto de vista nutricional y social, sobre lo poco que ganaron las comunidades nativas con este mestizaje culinario, aunque ampliaran su horizonte de sabores y técnicas de preparación.

    La exploración por la época prehispánica continúa con un texto de Elizabeth Ramos, quien desde la arqueología nos habla de la evidencia que en Colombia se ha rescatado sobre el tipo de alimentación practicada por las sociedades de ese tiempo, los productos animales y vegetales que usaban, las estrategias utilizadas para su obtención o los aspectos técnicos y nutricionales de la comida, a la vez que nos plantea una reflexión en torno a lo poco que esta disciplina ha indagado sobre la dimensión social de la cocina.

    En el siguiente texto, el antropólogo Julián Estrada aborda la cocina en hoja, procedimiento culinario de origen precolombino que se practica en diferentes cocinas del mundo y se expresa en Colombia de forma muy distintiva. En su artículo nos expone la diversidad de especies cuyas hojas son utilizadas, así como sus diferentes usos, e incluye un numeroso inventario de preparaciones originales que se dan en toda la geografía nacional y que hacen uso de estas fibras naturales. El autor ahonda en el carácter estético, práctico e identitario de esta particular forma de elaborar y presentar los alimentos.

    Continúa este recorrido Juliana Duque, doctora en antropología sociocultural, quien reflexiona sobre un tema crucial en el panorama de la gastronomía contemporánea: cómo conciliar el interés por preservar las tradiciones culinarias colombianas con las corrientes innovadoras y globales. Analiza los complejos y contradictorios componentes, presentes entre las diferentes posturas, que pueden llevar a una idealización extrema tanto de “lo propio” como de “lo nuevo”, mientras encuentra puntos de moderación que harían eficiente la tensión entre los diversos actores.

    Por su parte, Weildler Guerra Curvelo, antropólogo de origen wayuu, nos cuenta la historia de cómo se formó la heterogénea cocina de La Guajira, caracterizada por una gran riqueza y variedad de sabores e ingredientes. En su artículo evidencia el proceso evolutivo de esta comida, profundamente asociado al territorio, así como su carácter cambiante y de mixtura, que refleja aspectos rituales, prácticos, dietéticos y sensoriales.

    Para terminar, el sociólogo Enrique Sánchez Gutiérrez nos presenta un panorama general de la cocina colombiana, adentrándose en las principales regiones que se han “establecido” para el estudio del tema. Por medio de algunas recetas que podrían considerarse emblemáticas, provenientes de fuentes y recetarios confiables y “probados”, nos anima a preparar estos populares platillos y nos acerca someramente a una comprensión general de la riqueza culinaria que caracteriza a Colombia.

    En esta ocasión, el componente gráfico del boletín estuvo a cargo de seis artistas e ilustradores colombianos, a quienes agradecemos su excepcional trabajo y contribución.

  • Boletin cultural y bibliográfico No 97

    Boletín Cultural y Bibliográfico
    Vol. 53 Núm. 97 (2019)

    MUJERES EN LA INDEPENDENCIA DE COLOMBIA


    Las nuevas preguntas de la historiografía de la Independencia han permitido visibilizar la masiva y decidida participación de las mujeres, de todas las edades, grupos sociales y raciales, en los procesos del surgimiento de la nación. Queda claro que las mujeres mostraron un compromiso profundo con la causa patriota y también con la realista. No se trató de participaciones episódicas ni de casos aislados; por el contrario, las mujeres colombianas intervinieron de muy diversas maneras en los procesos revolucionarios. Ese es el tema de este número del Boletín Cultural y Bibliográfico, que se enmarca en el proyecto liderado por el Banco de la República: Bicentenario de una Nación en el Mundo.

    Abrimos el número con el artículo de Mabel López, “Mujeres e Ilustración durante la Independencia”, que nos introduce en el contexto político, social y cultural de la Ilustración europea y en las reflexiones que se dieron en relación con la mujer, las cuales fueron inspiración para muchas damas neogranadinas que se involucraron activamente en las gestas de Independencia.

    A continuación, “Rebeldes: mujeres realistas y patriotas en la Independencia”, escrito por Jenni Lorena Mahecha, nos recuerda que la participación de las mujeres en el proceso de Independencia fue activa, multitudinaria y directa. Se involucraron de diferentes maneras y, en muchas ocasiones, tomaron partido en contra o a favor de los realistas e independentistas, e incluso se distanciaron de la filiación de sus esposos.

    “Patíbulo, mujeres e Independencia”, texto a cargo de Pablo Rodríguez Jiménez, editor invitado en este número, aborda la valiente decisión de las mujeres al favorecer a los patriotas en el proceso de la Independencia, algunas veces con nefastas consecuencias. Así mismo deja ver cómo las ejecuciones de estas mujeres guardan cierta relación con la geografía de las guerras de Independencia, constituyéndose en un fenómeno específico del caso colombiano.

    María Himelda Ramírez, en “Las madres y viudas de la Independencia”, muestra cómo se asumía el rol de madre en esta época, cómo los hijos eran puestos al servicio de la causa patriota, y también las consecuencias para la familia cuando el varón fallecía en medio de la guerra.

    En “Escritura y opinión política de las mujeres durante la Independencia de la Nueva Granada”, Ana Serrano destaca que, a pesar del poco reconocimiento que la historia concede a la mujer en la Independencia de Colombia, al centrarse en las batallas y los grandes personajes masculinos, es posible rescatar y evidenciar formas de expresión del pensar y el sentir de las mujeres en medios impresos de la época.

    Cerramos el número con un artículo de Martha Lux, “Mujeres y ciudadanía en las primeras décadas del siglo XIX neogranadino”, en el que se hace una revisión de cómo se fue construyendo el concepto de ciudadanía para el caso de las mujeres después de las guerras de Independencia; cómo fue variando junto con el estatus que se le daba a esta categoría, conforme fluctuaban las circunstancias, así como el contexto político y social.

    Agradecemos a todas las entidades que nos facilitaron material gráfico para esta edición, que esperamos contribuya a una mejor comprensión de nuestra historia, a propósito de las celebraciones bicentenarias.

  • Boletín Cultural y Bibliográfico
    Vol. 53 Núm. 96 (2019)

    Mujeres en las ciencias

    “Aunque yo soy una niña y sé que es imposible ir al espacio...”. Así comenzaba una de las tantas cartas que el astronauta estadounidense John Glenn recibió a principios de los años sesenta. La humanidad se abría al espacio, pero el ambiente sociocultural del momento hacía que las niñas estuvieran programadas para apuntarle al pájaro azul de sus sueños sin siquiera dejarlo levantar el vuelo.

    A pesar de que persiste una brecha entre los hombres y las mujeres que acceden hoy a la práctica de las ciencias, tanto en las exactas como en las humanas, las cosas han cambiado. Las estadísticas muestran que cada vez más mujeres “cabeciduras y brillantes” hacen investigación. De acuerdo con un informe publicado en 2011 por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), en Latinoamérica el 46% de los investigadores son mujeres, si bien en la mayoría de países los hombres siguen dominando en la investigación de las ciencias exactas, incluidas la astronomía, la física y la química. Cabe conjeturar que, aunque cada vez hay más mujeres estudiando carreras de posgrado, su tasa de retención en el campo de la ciencia disminuye a medida que avanza su carrera, y las que llegan a destacarse en ciencia y tecnología son más bien pocas.

    ¿Qué ejemplos hay de mujeres exitosas y destacadas en investigación en diversos campos de las ciencias exactas en Colombia? Esa pregunta nos llevó a editar este número del Boletín Cultural y Bibliográfico que reúne las historias de seis mujeres científicas. Los perfiles que presentamos dan cuenta del compromiso y la disciplina requeridos para alcanzar los niveles más altos en el ejercicio de una profesión. La vida de todas estas mujeres es memorable y esperamos que sirva de inspiración para que más jóvenes emprendan el camino de la investigación.

    Abrimos el número con un texto de la reportera científica Lisbeth Fog Corradine, sobre la carrera de la microbióloga antioqueña Ángela Restrepo, quien dedicó su vida a estudiar el misterioso hongo que genera una enfermedad similar a la tuberculosis: la paracoccidioidomicosis.

    Continuamos con un artículo de Ángela Posada-Swafford, reconocida periodista de ciencia que, además de ser la editora invitada en este número, nos cuenta sobre el trabajo que la joven astrofísica Paola Pinilla ha desarrollado para comprender cómo se forman los planetas en el sistema solar.

    El periodista Carlos Urrego nos guía por el periplo que representa la carrera científica de la epidemióloga Nubia Muñoz, sin duda una mujer perseverante que, gracias a su excelencia y disciplina, alcanzó importantes logros al entender las causas de algunos tipos de cáncer, en especial el de cuello uterino, y al desarrollar una vacuna eficiente para prevenir esta enfermedad.

    El cuarto artículo, a cargo de la periodista y escritora Amira Abultaif, presenta a la genetista Helena Groot, quien por más de tres décadas ha estado al frente del Laboratorio de Genética Humana de la Universidad de los Andes, dedicando parte de su carrera a la educación y a cultivar el potencial de sus estudiantes.

    Pablo Correa, periodista y editor de ciencia, nos cuenta la historia de Marta Lucía Tamayo, una mujer apasionada por estudiar las enfermedades genéticas y por la literatura. Precisamente una de estas enfermedades, que la ha aquejado desde niña y que ella misma se diagnosticó, fue su fortaleza y bastión para dedicar parte de su vida a apoyar familias con “desventajas”, como ella prefiere llamarlas.

    Cerramos la edición con un texto de la periodista científica Estefanía Fajardo De la Espriella sobre la vida de la bióloga y botánica María Cristina Martínez, directora del Departamento de Química y Botánica de la Universidad del Norte en Barranquilla. Una mujer de plantas, laboratorios y salidas de campo, que dedica sus días a descubrir nuevas especies.

    Agradecemos especialmente a estas mujeres y a sus familias por haber permitido a los periodistas entrar en sus espacios privados y en sus entornos de trabajo, y por facilitarnos parte del material gráfico para ilustrar la edición.

  • Portada Boletín Cultural y Bibliográfico número 95

    Boletín Cultural y Bibliográfico
    Vol. 52 Núm. 95 (2018)

    El humor en la prensa colombiana

    Aunque Colombia ha tenido una significativa tradición en todas las modalidades del humor —político y de costumbres—, no hay estudios completos que recojan ese legado. Mientras otros países hispanohablantes tienen antologías del panfleto y de la sátira, aquí no existe nada parecido. Se ha estudiado el género de la caricatura y hay excelentes investigaciones sobre humor gráfico, de las que el Banco de la República ha sido importante divulgador, pero no existe realmente una recopilación amplia y completa; su ausencia hace evidente que hay carencias en la revisión del humor escrito en prensa, que es fuente imprescindible para la historia. Por esta razón, el presente número del Boletín Cultural y Bibliográfico se dedica exclusivamente a esta indagación, recordando lo que decía el Indio Uribe: “El escritor debe aventurar por su cuenta aunque sean disparates, que suelen ser el principio de las verdades”.

    Este número del Boletín ofrece una mirada panorámica al humor en la prensa escrita colombiana desde el siglo XIX hasta el presente, teniendo en cuenta la evolución de los géneros en los que circuló tanto el humor político como el de situaciones y costumbres, así como los temas recurrentes entre los autores de estos géneros, quienes conocían a fondo la naturaleza de las emociones de sus lectores.

    Y aunque los mecanismos del humor son universales, adopta sus peculiares rasgos de identidad según la cultura donde se incuba y se divulga. Por ello, los lectores encontrarán la caracterización del humor tanto en la capital del país como en otras regiones, con las figuras más representativas y las publicaciones que son referentes en nuestra prensa. En ellas se constata que además de entretener a los lectores, han ejercido eficaz y penetrante crítica sociopolítica, usualmente desde el periodismo de opinión con artículos que no siempre producen risa porque el humor es un asunto serio.

    El número abre con un artículo de la editora invitada, Maryluz Vallejo, en coautoría con Annie Gómez, titulado “Animales y otras especies del humor satírico en la prensa del siglo XIX”, que indaga en los orígenes de la prensa satírica en la naciente república donde casi todas las hojas y periódicos que circularon fueron censurados y sus directores multados, enviados a la cárcel o al exilio. Arranca con los pasquines del padre Margallo y sigue con otros géneros que van escalando en veneno y provocación, bajo el común artificio del zoomorfismo reconocible en las cabeceras de las publicaciones. El humor circula empaquetado en panfletos, parodias en fábula, versos, ensaladillas, epigramas y camafeos o retratos instantáneos.

    En el segundo artículo, “Genealogía del humor cachaco”, Eduardo Arias recoge los principales referentes del humor bogotano desde los años setenta del siglo XX. De paso, rinde homenaje a sus maestros —Castillo Gómez, Klim, el ya casi olvidado Hernando Martínez Rueda “Martinón” y Samper Pizano— para concluir con sus propios aportes y los de Karl Troller a esta corriente de humor político en libros y revistas como la desopilante Chapinero.

    Esta memoria reciente del humor santafereño se complementa con “Los imprescindibles del humor bogotano”, que presenta los perfiles de Lucas Caballero Calderón, “Klim”, por María Teresa Ronderos; de Alfonso Castillo Gómez, revisitado por Simón Samper, y de Ricardo Arbeláez Posada, “el Loco Arbeláez”, desempolvado por su nieto Felipe Salazar Arbeláez.

    En un sexto texto encontramos “El humor que da la tierrita”, en el que Wilmar Vera desgrana el llamado “humor maicero” (mote de Samper Pizano) caracterizado por el repentismo, el doble sentido y la chanza con exageración. Se remonta a uno de sus pioneros de mediados del siglo XIX, Juan de Dios Restrepo, “Emiro Kastos”, y pasa por los colaboradores de El Bateo, el semanario satírico más longevo, sin olvidar a los otros paisas del Viejo Caldas, como el imbatible costumbrista Rafael Arango Villegas.

    Cierra el número Ramón Illán Bacca con “El humor que se mece en la hamaca del Caribe”. Allí aborda, desde el periodismo y la literatura, esos chispazos del lenguaje costeño que el propio Bacca domina con insuperable gracia madurada en más de ochenta años.

    Agradecemos a los medios, instituciones y autores que facilitaron parte del material gráfico para ilustrar esta edición.

  • Portada Boletín Cultural y Bibliográfico número 94

    Boletín Cultural y Bibliográfico
    Vol. 52 Núm. 94 (2018)

    Imprenta, prensa popular y trabajadores (1850-1950)

    El período comprendido entre 1850 y 1950 es la edad de oro de la prensa popular en Colombia. Con este apelativo se alude a diversos tipos de prensa, que incluyen la generada por artesanos y obreros, así como la de sectores vinculados a corrientes políticas de corte liberal-radical como el gaitanismo, el socialismo y el comunismo. Con diversos propósitos gremiales y políticos, esta prensa se desarrolló sobre una creencia común: la palabra escrita dignifica e ilumina, saca de la ignorancia y dota de elementos de juicio a sus destinatarios, para que trabajen por ideales que beneficien a la humanidad. La imprenta era vista en ese momento como un faro de libertad, justicia y emancipación, en la medida en que dejaba de ser monopolizada por las clases dominantes y se convertía en un instrumento de lucha de las clases marginales.

    Para operar la imprenta fue necesaria la labor de trabajadores manuales, con sus habilidades específicas. El saber técnico que desarrollaron impulsó el salto de muchos de ellos al ámbito intelectual y cultural, llevándolos a convertirse en dirigentes gremiales de sindicatos, asociaciones obreras y artesanales, o en líderes políticos y luchadores populares.

    Este número del Boletín Cultural y Bibliográfico esboza una pequeña muestra del protagonismo de la imprenta, la prensa popular y los trabajadores en Colombia, a través de cinco artículos. Para comenzar, Ana María Joven Bonelo se detiene a analizar las características de la prensa artesanal que se opuso a la Regeneración.

    En su artículo “Los amigos del pueblo: artesanado y prensa durante la Regeneración” plantea que, pese a las divisiones internas entre los artesanos, propiciadas por el proyecto regenerador, siguió existiendo una prensa artesanal de oposición que se sustentaba en la defensa de la democracia y de los ideales de la Revolución francesa, y que tuvo entre sus consecuencias la persecución bajo el régimen conservador de fines del siglo XIX.

    El segundo artículo, a cargo de Francisco Javier Flórez Bolívar, se ocupa de estudiar las características que asumió la prensa popular en Cartagena entre 1910 y 1930. En su texto, “Opino, luego existo: prensa artesanal/obrera, raza y ciudadanía en Cartagena, 1910-1930”, destaca el papel que cumplió la prensa en la defensa de los derechos de los trabajadores como ciudadanos de la República de Colombia, y resalta el rol de artesanos negros y mulatos en la edición de periódicos en Cartagena. Estos actores sociales utilizaron la prensa para cuestionar las jerarquías de orden racial imperantes en la ciudad, al tiempo que defendían el derecho a educarse (ilustrarse) y mejorar sus condiciones laborales.

    A continuación, Renán Vega, editor invitado de este número, en su escrito “Intelecto socialista y dedos proletarios: imprenta, prensa popular y periodistas insumisos a principios del siglo XX”, examina los múltiples nexos que se establecieron entre la imprenta, la prensa popular y la aparición de algunos periodistas rebeldes, y muestra cómo la emergencia de esa prensa obrera estuvo ligada a la importancia que adquirían los trabajadores asalariados; con una fuerte impronta artesanal, vinculada a la herencia cultural del entramado artesanal-radical, que venía desde la segunda mitad del siglo XIX. Flórez destaca la importancia que los artesanos le atribuían a la imprenta como un faro de ilustración y de liberación, al permitir a los sectores populares el acceso al conocimiento.

    En el siguiente artículo, “La revolución de papel: prensa comunista en la década de 1930”, Luz Ángela Núñez Espinel muestra cómo los comunistas colombianos veían en la prensa un instrumento de educación y concientización política, y un “organizador colectivo del partido”. Sobresale en este tipo de prensa la formación del imaginario comunista, con sus símbolos y referentes históricos, conceptuales y programáticos.

    Por último, Adriana Rodríguez Franco, en “El diario del pueblo gaitanista: Jornada (1944-1949)”, analiza la trayectoria de esta publicación que durante varios años difundió el ideario político de Jorge Eliécer Gaitán, cuya época de crecimiento y esplendor se prolongó hasta el 9 de abril de 1948, para luego languidecer y finalmente desaparecer tras el fin de la dictadura militar de Rojas Pinilla en 1957. Sobresale el recuento de la importancia que el líder liberal le asignaba a la prensa como difusora de su proyecto político, a la vez que contrarrestaba el silencio y la tergiversación a los que la “gran prensa” lo sometía.

    El material gráfico que acompaña esta edición corresponde en gran medida a la reproducción de portadas o páginas interiores de las fuentes primarias consultadas para la elaboración de los artículos. Las colecciones originales de la mayoría de periódicos consultados se encuentran disponibles en la Biblioteca Nacional de Colombia y buena parte de estas ha sido reproducida por la Biblioteca Luis Ángel Arango. Debido al estado de conservación de los documentos originales y a los procesos de digitalización de estos materiales, no fue posible recuperar algunos datos para las referencias bibliográficas de los periódicos citados.

  • Boletín Cultural y Bibliográfico
    Vol. 51 Núm. 93 (2017)

    La juventud del siglo XX

    “Juventud, divino tesoro”. Con ese verso de Rubén Darío, suelen expresar las personas mayores la nostalgia de un momento en el que la utopía parecía posible. Todas las generaciones han sido jóvenes, pero algunas, quedaron en la memoria colectiva, como protagonistas de cambios visibles para toda la sociedad, por lo que hicieron en esos años. Es el caso de la juventud colombiana de gran parte del siglo veinte, cuando coyunturas mundiales y locales la llevaron a escenarios de participación cargados de símbolos que se han hecho icónicos y nos siguen acompañando como imagen atemporal de una fuerza transformadora.

    Es claro que movimientos sociales, partidos políticos, coyunturas culturales y económicas mediaron esa imagen y se articularon para que esos jóvenes fueran agentes de cambio, desafiaran los temores y alimentaran las esperanzas del resto de la sociedad. Sobre la juventud colombiana y su contexto en los años cincuenta, sesenta y setenta del siglo XX, reflexiona este número del Boletín Cultural y Bibliográfico.

    Presentamos a los lectores cuatro artículos que son apenas el inicio de una investigación que reclama mayor profundidad y está por escribirse. Este boletín deja en realidad más interrogantes que respuestas sobre el impacto de estas generaciones de jóvenes en las transformaciones sociales del siglo pasado.

    Empezamos con Una mirada al movimiento estudiantil colombiano. 1954-1978, de Absalón Jiménez Becerra, artículo que revisa la participación del estudiantado que decidió tomarse la palabra y las calles para exigir mejores condiciones en las universidades públicas y privadas. En seguida, nos adentramos en la música como elemento que cohesionó y dio vitalidad a la juventud de los años sesenta y setenta. Este es el tema del artículo Rock and roll en Colombia: el impacto de una generación en la transformación cultural del país en el siglo XX, de Carlos Arturo Reina Rodríguez, editor invitado de este número.

    Andrés Arias da una mirada a la relación arte-juventud en su artículo Política y vanguardia. La juventud colombiana en las artes plásticas de los años sesenta y setenta y cierra el boletín Jorge Humberto Ruiz Patiño, quien explora en su escrito Juventud y deporte en Colombia en la primera mitad del siglo XX los orígenes de la práctica deportiva en el país y su significado, en contraste con los escenarios de transformación cultural de la época.

    Las imágenes que ilustran este número del Boletín Cultural y Bibliográfico pertenecen en su mayoría a colecciones del Banco de la República que pueden consultarse en la Sala de Libros Raros y Manuscritos y a fondos públicos y privados que nos facilitaron material para su publicación.

     

  • Boletín Cultural y Bibliográfico
    Vol. 51 Núm. 92 (2017)

    El coleccionismo privado y la preservación del patrimonio cultural

    Esta nueva edición del Boletín Cultural y Bibliográfico está dedicada al coleccionismo privado. Presentamos a los lectores cinco artículos que permiten aproximarse a las principales bibliotecas privadas en Colombia, en especial, las creadas entre finales del siglo XIX y finales del siglo XX. Estos acervos trascienden la recuperación de títulos y ejemplares comunes o técnicos, el territorio del coleccionismo especializado de manuscritos, ediciones especiales, documentos raros pertenecientes a temáticas específicas, y reflejan modos de pensar de una época, situaciones políticas y sociales del país y del mundo. El primer artículo es de Mario Jursich, quien se sumerge en el estudio de la historia de Hans Ungar, su biblioteca y archivo privado, conformado por más de 20.000 volúmenes. Un tesoro aún inexplorado, preservado y gestionado por los herederos del bibliófilo austriaco, que encierra una historia fascinante sobre un capítulo concreto de la inmigración a Colombia.

    A continuación, el lector encontrará un texto sobre la biblioteca de Rufino José Cuervo, conformada durante el siglo XIX. Se consideró la biblioteca privada más importante de Colombia por aquella época. Camilo Páez Jaramillo nos presenta detalles de su conformación y algunas hipótesis interesantes sobre cómo la forjó el filólogo colombiano. El recorrido continúa con Halim Badawi, editor invitado para este número del Boletín, quien examina los casos de las bibliotecas privadas de Bernardo Men del y de Emiliano Díaz del Castillo. La primera, importante para los estudios latinoamericanos, formada en nuestro país entre 1928 y 1952. La segunda, un archivo histórico creado en Pasto y adquirido recientemente por el Banco de la República.

    En seguida, un artículo de Francia Elena Goenaga sobre la biblioteca de Nicolás Gómez Dávila, ampliamente investigada en varios países, incluido el nuestro. Se trata, tal vez, de la biblioteca más importante del último medio siglo en Colombia. Con una mirada nueva, plantea que la biblioteca Gómez Dávila es un cronotopo, el cruce espacio-temporal perfecto, y que es a la vez dos bibliotecas: una explícita y otra implícita.

    Cerramos la edición con una aproximación a las bibliotecas de la Iglesia, en especial, las del clero secular en Bogotá durante el siglo XIX. Las examina Andrés Camilo Moreno Bogoya, quien visibiliza algunas colecciones que han pasado inadvertidas como fuentes importantes de conocimiento. Las imágenes que ilustran este número del Boletín Cultural y Bibliográfico, pertenecen en su mayoría a cada uno de los fondos y bibliotecas de los herederos, gestores o propietarios de las colecciones. Agradecemos habernos facilitado la toma de fotografías y su labor de preservación de los archivos familiares e institucionales.

  • Boletín Cultural y Bibliográfico
    Vol. 50 Núm. 91 (2016)

    Las aves: un patrimonio natural y cultural

    Abrimos el Boletín núm. 91 con un texto de Daniel Uribe Restrepo, quien hace una difícil labor en la selección de algunas de las aves más emblemáticas del Eje Cafetero a partir de criterios de conservación, como eje principal de reconocimiento, que hace posible entender el gran valor de las aves en nuestro patrimonio y que con sus extraordinarias fotografías nos facilita apreciar la belleza y variedad de las especies en peligro de extinción.

    El siguiente artículo, a cargo de Luis German Naranjo, permite comprender que el nivel de estudio de las aves al que se ha llegado en Colombia se debe al trabajo continuo de observación de aves, a la constitución de redes y a la dedicación de eternos pajareros que recorren el país en busca de cada una de las especies. Esta tradición e historia de la pasión por los pájaros se resalta también en el escrito de Sergio Córdoba Córdoba sobre la ilustración de aves, su comunicación y difusión, en el cual queda claro que aunque hay múltiples publicaciones y guías sobre aves, de interés para diferentes públicos, aún falta mucho por explorar y descubrir.

    La exploración continúa con un artículo de Andrés Manrique que muestra cómo estas aves observadas y dibujadas cientos de años atrás se posan de vez en cuando en novelas y poemas de la literatura colombiana, convirtiéndose en referentes inolvidables de nuestra cultura.

    En seguida, el artículo de Natalia Ruiz, editora invitada en esta edición, recuerda que la vida de las aves es menos idílica y más compleja de lo que parece, que su majestuosa belleza, a la vez que las exhibe como pareja, las expone como presa, y que sus múltiples interacciones las convierten en actores fundamentales de cualquier ecosistema.

    El recorrido termina con dos entrevistas de Carlos Augusto Jaramillo a unos personajes particulares, consagrados al cuidado de colibríes y gralarias en reservas naturales de la  región, para hacer visible el inmenso amor por los pájaros y por el paisaje que los rodea, con la arraigada convicción de protegerlos y preservarlos como nuestro patrimonio natural y cultural. A lo largo de la edición hay un canto al unísono: el reconocimiento de las aves, la importancia de su estudio y la urgencia por conservarlas.
  • Boletín Cultural y Bibliográfico
    Vol. 50 Núm. 90 (2016)

    El mar en mapas

    De esta manera, desde diferentes perspectivas, los artículos hacen acercamientos a los espacios costeros y marinos. En primer lugar, Camilo Domínguez Ossa escribe acerca de la historia de la navegación, desde las tradiciones de los árabes y judíos en la náutica ibérica, hasta los avances técnicos en la ingeniería naval de los siglos XV y XIX.

    Por otra parte, la editora invitada de este número, Nara Fuentes Crispín, analiza la documentación histórica y cartográfica de la coyuntura conocida como descubrimiento del Mar del Sur, muestra una insospechada imagen del río Atrato y establece una relación con las representaciones de los ríos de oro africanos como el Nilo o el Senegal.

    En el tercer artículo Luis Horacio López Domínguez analiza la situación geopolítica de nuestro país, privilegiada en América, y muestra las gestiones de los diplomáticos neogranadinos en las negociaciones con América y Europa que condujeron al reconocimiento de la República de Colombia por los estados e imperios del siglo XIX.

    De paso, aclara estereotipos y lugares comunes de la historia diplomática colombiana de la primera mitad del siglo XIX. Asimismo, Pilar del Campo Hernán, Directora técnica del Archivo del Museo Naval de Madrid (España). Destaca algunas de las expediciones marítimo-científicas, como la de Malaspina y la exploración del estrecho de Magallanes, realizadas por la Armada española durante los siglos XVII y XIX en desarrollo de su programa de reformas político-administrativas, las cuales transformaron para siempre la relación imperial con los territorios de ultramar y dejaron un importante acervo documental. Cierra la edición un artículo de la historiadora Adelaida Sourdis Nájera, quien explica de manera pedagógica la evolución histórica del territorio del archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.

  • Boletín Cultural y Bibliográfico
    Vol. 49 Núm. 89 (2015)

    Frontera y cultura: Misiones en Colombia

    En años recientes ha crecido el interés por estudiar las misiones, entre otras razones por el protagonismo que los fenómenos religiosos vienen cobrando en el mundo actual. Inspirados en nuevas corrientes de la historia y de la antropología, los investigadores van más allá del análisis puramente religioso y tienen en cuenta la participación de la sociedad civil y las especificidades de los institutos misioneros, de las etnias y comunidades objeto de la misión. Además de documentar el cambio de la presencia misionera en las creencias, evalúan el impacto en el lenguaje, la organización social y la cultura material. Prácticas alimenticias, atuendo, normas de higiene y arreglo personal, noción del tiempo, rutinas cotidianas, actividades productivas, construcción de viviendas, formas de esparcimiento, crianza de los hijos: las misiones todo lo alteran, hasta los mismos misioneros cambian en el proceso.

    El mundo cristiano ha presenciado varias oleadas misioneras: entre ellas, una en Europa del siglo xi al xiii, otra al lejano oriente entre los siglos xvi y xvii, contemporánea de la enviada después del descubrimiento de América, continente que luego sería escenario de un resurgimiento evangelizador adicional entre el cuarto final del siglo xix y mediados del xx. Ya más cerca de nuestra época, varias nuevas iglesias cosechadas en este continente crecen incluso por fuera de sus países de origen.

    Dentro del catolicismo, Colombia respondió tardíamente a las exhortaciones decimonónicas del Vaticano sobre la conquista de almas, pero participó de lleno en la siguiente fase evangelizadora, alentada por las encíclicas de Pío X (Lacrimabili Statu Indorum, 1912), Benedicto XV (Maximun Illud, 1919) y Pío XI, el “papa de las Misiones” (Rerum Ecclesiae, 1926). El empeño por convertir a los nativos coincidió con el afán del Estado colombiano de incorporar a la nación extensas zonas de frontera y, a raíz de la Guerra Fría, con la expansión mundial de otras vertientes del cristianismo. Organizaciones protestantes estadounidenses como el célebre Instituto Lingüístico de Verano (ilv) y la Misión Nuevas Tribus –hoy Iglesia Cristiana Nuevos Horizontes– se unieron a la cruzada. A partir de la segunda mitad del siglo xx, algunas nuevas religiones surgidas en el continente, varias de corte mesiánico como la Asociación Evangélica de la Misión Israelita del Nuevo Pacto Universal, de origen peruano, se han sumado a la tarea de buscar fieles.

    Este número del Boletín Cultural y Bibliográfico presenta aspectos de la historia de varios grupos misioneros activos en el país desde fines del siglo xix. Labor polémica en muchos sentidos, entre otros por la paradoja que implicó el que un Estado ausente en los vastos y agrestes territorios fronterizos les delegara a grupos mayoritariamente extranjeros la tarea de inculcar a los nativos el sentido de pertenencia a la nación.

    Augusto Javier Gómez López abre la edición mostrándonos cómo el Estado colombiano y las autoridades civiles regionales se hicieron los sordos ante el clamor sobre las “arbitrariedades”, “atropellos” y “despojos de las tierras indígenas” cometidas por la misión capuchina en el Putumayo. La invasión de la Casa Arana (Perú) hizo que pesara más el  temor a perder otra parte del territorio nacional, pues el país aún lamentaba lo sucedido con el istmo de Panamá en 1903.

    A continuación, Aída Cecilia Gálvez Abadía explora una faceta novedosa en el mundo de las misiones: la rica documentación alusiva a la propaganda misionera de los Carmelitas Descalzos, en mensajes marcados por la retórica del padecimiento. El “dolor como moneda  de cambio” resultó una hábil estrategia con miras a recaudar fondos y vocaciones para convertir a los pobladores de la inhóspita Prefectura Apostólica de Urabá (Antioquia).

    Juan Felipe Córdoba Restrepo examina las misiones católicas en femenino a partir de tres casos de la primera mitad del siglo xx: el de las misioneras de la Madre Laura, las “indomables misioneras cabras”, una congregación fundada en Colombia por ella, una joven maestra pueblerina, y otros casos menos conocidos, en parte, por la escasa documentación disponible, el de las Carmelitas Misioneras y el de las Terciarias Capuchinas. Estas dos congregaciones, de origen español y fundadas por frailes, fueron traídas al país para apoyar a sus contrapartes masculinas en misiones dirigidas por ellos, las carmelitas en Urabá, las capuchinas en la Sierra Nevada de Santa Marta y La Guajira.

    Gabriel Cabrera Becerra combina la historia y la antropología para mostrar setenta años de presencia en el Vaupés de la Misión Nuevas Tribus, con el trasfondo de la catequesis encubierta que adelantó el Instituto Lingüístico de Verano. Evalúa el impacto del proselitismo de estas organizaciones protestantes estadounidenses entre los grupos étnicos locales. Resalta la figura de la emblemática Sofía Müller, de Nuevas Tribus, a quien el etnobotánico Richard E. Schultes conoció en la selva. Ella “hizo lo posible por reclutarlo, sosteniendo que cualquiera que conociera la selva como él debía estar salvando almas y no plantas” [citado por Wade Davis, El río. Exploraciones y descubrimientos en la selva amazónica, Bogotá, 2004, pág. 484].

    Para terminar, Lucía Eufemia Meneses Lucumí trae a colación el inusitado crecimiento de la Misión Israelita del Nuevo Pacto Universal. Esta nueva iglesia, una más de la cosecha del siglo xx en América Latina, le fue “revelada” en 1958 a un zapatero peruano en Chanchamayo, y desde el decenio de 1980 goza de gran aceptación entre colonos y campesinos indígenas y afrocolombianos del sur del país. Su doctrina ordena “cumplir los mandamientos de la Ley de Dios, participar de la política electoral y la dedicación a la agricultura” y concibe la Amazonia como antesala de la “tierra prometida”.

    El material visual proviene de las fuentes consultadas por los autores invitados y por el equipo editorial del Boletín. Una parte de las imágenes son viejas fotografías apenas conocidas en nuestro medio, de gran valor documental a pesar de la baja calidad técnica de las reproducciones, pues así figuran en las revistas y publicaciones en las que circularon originalmente.

    El Boletín agradece a las Hermanas Misioneras de la Madre Laura (Dirección Provincial, Bogotá), a las Hermanas Terciarias Capuchinas de la Sagrada Familia, Provincia Sagrado Corazón (Casa Provincial, Bogotá), a los Padres Carmelitas Descalzos (Casa Provincial, Bogotá) y a Esther Zuluaga por autorizar el uso del material gráfico que conservan en sus archivos y que complementan este Boletín.

  • Boletín Cultural y Bibliográfico
    Vol. 49 Núm. 88 (2015)

    Circuitos musicales colombianos: Tránsitos entre la región y el mundo

    Colombia, un país culturalmente diverso, es hoy escenario de una práctica  musical que desafía las nociones de permanencia y tradición. Repertorios surgidos en la entraña de las comunidades, se acomodan, modifican y adaptan a nuevos usos de consumo y mercado, entrando a escenarios globales en contrapunto con otras tradiciones y sonoridades.

    En estos rumbos, la movilidad tecnológica potencia la difusión generando nuevos espacios de creación, divulgación  y mercado de la música. Algunos  creadores se insertan en las prácticas  de la industria musical, mientras que otros  crean  sus propios  circuitos  de producción y difusión. El público completa el circuito generando a su vez nuevas formas de recibir, valorar y apropiarse de la producción local. Este Boletín Cultural y Bibliográfico surge de la idea de revisar lo que ha ocurrido con lo que llamamos “repertorios de música tradicional” en contextos urbanos e internacionales. En su conjunto, los artículos reunidos revisan el recorrido desde la producción tradicional local hasta el ámbito de lo comercial-internacional y exploran, desde diferentes perspectivas, repertorios musicales colombianos insertos  en las dinámicas  de movilidad  y transformación.

    La profesora Martha Enna  Rodríguez, editora invitada, abre este número presentando un panorama de obras y creadores que han vivido diferentes exilios y buscan mantener en sus obras  los símbolos  comunes. A continuación, el músico y politólogo Petrit  Baquero aborda la producción musical de cuatro  artistas  reconocidos que se apoyan en la inmensa  riqueza  de la música tradicional para  encontrar los caminos de su creación  y generar identidad local y nacional. El músico y productor Alejandro Mejía, continúa con un análisis de la presencia y consolidación de repertorios y artistas  colombianos en los sistemas internacionales de circulación de la música, a partir de dos casos emblemáticos.

    Por último, la compositora y profesora Ana María Romano analiza con ejemplos específicos el papel de Internet en el acceso tanto a los productos artísticos, como a sus procesos de realización y las implicaciones de esta comunicación musical sin fronteras geográficas.

  • Boletín Cultural y Bibliográfico
    Vol. 49 Núm. 87 (2015)

    Homenaje a la televisión colombiana

    El 13 de junio de 2014 la televisión colombiana cumplió sesenta años desde su primera emisión; la celebración coincidió, además, con la conmemoración de los quince años de creación de los canales privados y de la muerte del reconocido periodista Jaime Garzón. Por ello, esta edición del Boletín Cultural y Bibliográfico se dedicó a la televisión colombiana, dejándole a los lectores información valiosa que sirva como punto de partida para una reflexión sobre la importancia de este medio de comunicación para la sociedad. En este número, encontrarán miradas a diferentes temas relacionados con el establecimiento de la televisión en el país, su historia, sus contradicciones y su papel determinante en la definición de nuestra identidad como colombianos.
    Abrimos el número con una entrevista a Fernando Restrepo, del periodista y escritor Andrés Arias, quien relata los pormenores de la llegada de la televisión a Colombia y destaca el esfuerzo y dedicación que pusieron en esta empresa “los Fernandos”: Restrepo y Gómez Agudelo, para que en 1954 se realizara la primera emisión de televisión durante el gobierno del general Gustavo Rojas Pinilla.
    El periodista Javier Darío Restrepo hace una reflexión sobre la llegada de la televisión al país y señala los obstáculos para que este medio sirviera para educar y fortalecer la democracia.

    Paula Arenas, editora invitada para este número, analiza cuál es el modelo colombiano de la televisión pública, presenta su historia, sus fortalezas y debilidades y, sobre todo, pone de manifiesto cuál es la responsabilidad que diferentes actores e instituciones deberían tener frente a la televisión pública, como un medio para educar y formar a los ciudadanos.
    En los dos artículos finales, el profesor y crítico de televisión Omar Rincón documenta la influencia de la televisión en definirnos como país y cómo a través de las telenovelas y
    otras series de televisión se ha forjado buena parte de la identidad colombiana. También, el papel de los héroes y personajes de la televisión cuando nos representan, resumen
    e identifican como nación. Su otro texto es una semblanza donde expone los aportes y contribuciones de los directores emblemáticos en la construcción de una televisión “a la
    colombiana”.
    El Boletín agradece a Álvaro Garzón Marthá por el uso de su archivo de negativos de Luis Alberto Acuña Casas; al Museo Nacional de Colombia por las fotografías de Fernando Gómez Agudelo, que forman parte de la donación de su esposa Teresa Morales de Gómez; a Consuelo Luzardo, Carlos Muñoz y Pepe Sánchez, al Archivo Fotográfico de El Espectador, al periódico El Tiempo, a la revista Cromos, a Caracol Televisión, a la Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano y a Señal Colombia.
    Consulte los números anteriores del Boletín en www.banrepcultural.org/boletin-cultural

  • Caratula Boletín 86

    Boletín Cultural y Bibliográfico
    Vol. 48 Núm. 86 (2014)

    ALGUNAS MIRADAS AL LIBRO Y A LA EDICIÓN EN COLOMBIA.

    En esta ocasión el Boletín Cultural y Bibliográfico invitó a Margarita Valencia como editora para presentar temas contemporáneos de la industria editorial y del libro en Colombia y América Latina, así como una aproximación a temas históricos afines.

    Para empezar, Paula Ronderos, valiéndose de una variedad de citas, hace un comentario sobre lo que fue la censura del material escrito durante la Colonia y la fuerza de las ideas que, a pesar de dicha censura, lograron impregnar a la sociedad. Pasando a temas de actualidad se encuentra el escrito de Martín Gómez, quien reflexiona en torno a la edición independiente en Colombia y acerca de cuáles son las principales editoriales que han copado este nicho de mercado, en contrapunto con lo que sucede con los grandes grupos editoriales; a la vez, deja algunos interrogantes sobre la sostenibilidad de la “bibliodiversidad”.

    En un contexto más regional, Alberto Vicente y Silvano Gozzer hacen un resumen de la edición y distribución del libro electrónico en América Latina, en el que señalan las dificultades y el creciente mercado potencial que se abre, y la falta de claridad en la oferta de los catálogos editoriales. Juan Felipe Córdoba elabora una reflexión sobre la edición universitaria. Más que un recuento histórico, es un análisis de la relevancia de la editorial y del papel del editor en la cadena de generación del conocimiento académico, y un planteamiento sobre las necesidades imperantes para el desarrollo de la edición en la academia.

    Por su parte, Margarita Valencia realiza un recorrido sobre el papel del Estado y las instituciones en la edición y toma como ejemplo el caso del Diccionario de construcción y régimen de la lengua castellana de Rufino José Cuervo, obra que tomó más de cien años para su publicación. En su artículo deja planteadas algunas preguntas sobre el papel del Estado en la edición de textos.

    En la parte gráfica presentamos a nuestros lectores ilustraciones, viñetas, anuncios de prensa, periódicos, revistas e imágenes pertenecientes a los fondos de la Biblioteca Luis Ángel Arango.

  • Boletín Cultural y Bibliográfico
    Vol. 48 Núm. 85 (2014)

    CELEBRANDO A GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ

    Un clásico vivo. Sin duda alguna eso es Gabriel García Márquez, quien en su obra logró crear un lenguaje con nuevas palabras inconfundibles –como cuando se dice que algo es macondiano y nadie tiene que consultar el diccionario para saber a qué se refiere. Gabo es, además, un ambiente, una temperatura, una manera de hablar que los colombianos tenemos nítida en nuestra memoria colectiva. Como una invitación para que sigamos leyendo e interpretando su obra desde perspectivas nuevas y desde aquellas ya establecidas, este número del Boletín Cultural y Bibliográfico reúne artículos de críticos y escritores que se han dedicado a interpelar e interpretar al escritor y a su obra.

    Abrimos con una memoria de Gerald Martin, su biógrafo, sobre su relación de vida con el escritor. A continuación, Enrique Serrano, a quien se debe la idea y el impulso de este número, reflexiona sobre lo que significa para un escritor de una generación posterior a la de García Márquez ponerse en relación con este referente descomunal. Por su parte, Conrado Zuluaga y Margret de Oliveira hacen un delicioso recorrido sobre el español empleado por el nobel en su obra, forjado con registros usados en ambos lados del Atlántico. En tanto que Gregory Rabassa, traductor al inglés de Cien años de soledad y de otras obras de García Márquez, reflexiona sobre la aventura de trasladar el universo de Macondo a otro idioma. El artículo final es del botánico Santiago Madriñán, quien aporta un aire diferente con la “Flora de Macondo”, en el que presenta las especies de plantas mencionadas a lo largo de Cien años de soledad y que va acompañado de las ilustraciones de Eulalia de Valdenebro.

    En la parte gráfica se mezclan una serie de recursos que dan cuenta de diferentes momentos de la vida del escritor: una muestra de las fotografías que Hernán Díaz le hizo durante su vida, algunas de las cuales forman parte del archivo que preserva la Biblioteca Luis Ángel Arango; retratos de fotógrafos de renombre como Vasco Szinetar, Daniel Mordzinski, Rodrigo Moya; una selección del trabajo de realismo gráfico de Nereo López, quien muchos años antes de que Gabriel García Márquez escribiera su obra cumbre ya había registrado el mundo de Macondo. Así mismo, hay una importante contribución del archivo fotográfico de la Agencia efe, que ha documentado la vida y trayectoria de García Márquez.

    Este número es una parte fundamental de la iniciativa del Banco de la República titulada “Celebrando a Gabriel García Márquez”, que busca, a través de su red cultural, invitar al público para que siga leyendo y recordando a este mentor de la literatura universal que es Gabriel García Márquez.

    Para finalizar, una invitación: a partir de este número consulte en línea el Boletín Cultural y Bibliográfico en www.banrepcultural.org/boletin-cultural

  • Boletín Cultural y Bibliográfico
    Vol. 47 Núm. 84 (2013)

    RIOS QUE CONSTRUYEN HISTORIA.

    EN la historia del agua existe un subcampo de estudio dedicado a las Historias de ríos, en el que se toma la corriente fluvial como criterio de definición espacial y los usos del agua como objeto primordial de investigación. Dicha investigación está asociada a una diversidad de sujetos sociales que desarrollan su vida, o parte de ella, en interacción permanente con el agua y sus alrededores.

    Las historias de ríos son una herramienta que busca profundizar en las relaciones sociedad-naturaleza, así como en las formas de reproducción social y de estructuración del poder político. Según el investigador mexicano Luis Aboites Aguilar (1888-1946), autor del libro El agua de la nación. Una historia política de México(1), “las cuencas ya no serán vistas solo como una delimitación natural sino como una construcción histórica y social".

    Con esta visión antropológica que nos plantea el concepto de "biografía de un río" se ha concebido esta edición del Boletín Cultural y Bibliográfico, que desde diferentes. enfoques y estilos nos acerca a la historia del Magdalena, Amazonas, Cauca, Ranchería y Guáitara. A lo largo de este simbólico recorrido por ríos fundacionales de la historia de Colombia, se establecen relaciones entre los cambios en el medio geográfico y los procesos sociales que van variando las funciones de los recursos hídricos además de conocer la información básica de los ríos y acercarse a las poblaciones que habitan estas cuencas.

    Este es solo el comienzo de esta caudalosa historia. El listado de nombres es extenso y de ninguna manera era posible abordarlos todos en esta publicación. A través de la Biblioteca Virtual, nos daremos• a la tarea de complementar poco a poco estas historias, muchas de las cuales ya se habrán escrito, mientras que otras apenas empiezan a documentarse.

    (1) Luis Aboites Aguilar, El agua de la naci6n. Una historia política de México, México, CIESAS. 1998.

  • BCB N83

    Boletín Cultural y Bibliográfico
    Vol. 46 Núm. 83 (2012)

    CONSERVACION DE LA MEMORIA:
    UNA LABOR SILENCIOSA EN LA BLAA

    CONSERVAR la memoria forma parte de la sostenibilidad de una sociedad. Bajo esta premisa, la Biblioteca Luis Angel A rango y otras dependencias del Banco de la República adquieren y reciben en donación obras de arte, manuscritos y archivos de diversa índole que enriquecen no solo sus colecciones sino también el patrimonio artístico y cultural de Colombia. La Luis Ángel Arango se ha convertido en un pilar fundamental para depositar, difundir y ayudar a que se comprenda esta memoria y se conserve la diversidad cultural.

    Entre los principios que guían la labor de conservación de la Biblioteca reviste especial importancia la responsabilidad y el compromiso de darle sostenibilidad a esta variedad de bienes culturales documentales y bibliográficos, lo cual significa que es posible disfrutarlos hoy y conservarlos para el aprovechamiento y el conocimiento de las generaciones futuras.

    Los bienes culturales patrimoniales son acervos únicos, que deben ser preservados y puestos al servicio de la población colombiana. De esta manera, la labor silenciosa y persistente de los bibliotecarios, al guardar, cuidar y curar colecciones es de carácter estratégico en el momento presente. Así mismo, en la coyuntura actual, cuando por un lado se cruza la centralidad de la memoria y por el otro el avance tecnológico, es necesario estar alertas para que la tecnología se utilice en favor de la preservación y la divulgación.

    Teniendo en cuenta lo anterior y con el propósito de divulgar entre los investigadores y el público en general algunas de las adquisiciones y donaciones recientes de la BLAA, dedicamos esta edición del Boletín Cultural y Bibliográfico a explorar los archivos fotográficos de Gumersindo Cuéllar Jiménez (Bogotá) y Otto Moll González (Cali); la colección.de arquitectura de la Fundación para la Conservación y Restauración del Patrimonio Cultural Colombiano y el fondo del arquitecto español Alfredo Rodríguez Orgaz, los cuales, con sus diversos documentos y materiales, se constituyen en fuentes primarias para la investigación académica y la memoria e historia social, política, urbana y arquitectónica de nuestras ciudades.

  • Boletín Cultural y Bibliográfico
    Vol. 46 Núm. 82 (2012)

    RADIO SUTATENZA : PUNTOS DE PARTIDA PARA UNA HISTORIA

    EN el 2008 la Biblioteca Luis Angel Arango empezó a recibir los documentos del archivo de Radio Sutatenza gracias a que Acción Cultural Popular (ACPO) decidió que ésta invaluable fuente documental para investigadores debía estar al servicio del público. La campaña de alfabetización rural masiva que entre 1947 y 1994 realizó en el país Radio Sutatenza, fue en realidad una iniciativa pedagógica y de doctrina que se convirtió en una gran industria cultural, pionera en el uso de la multimedia, referente en Latinoamérica, y cuyo archivo ofrece innumerables posibilidades para la investigación histórica.

    Lejos de pretender abarcar el significado de lo que esta empresa de educación rural fue para Colombia, este número del Boletín Cultural y Bibliográfico propone algunas aproximaciones para contextualizar dicha iniciativa e invitar a los investigadores a usar el archivo que contiene información muy diversa en diferentes formatos. En este, se encuentran no solo el audio de los programas que transmitió la emisora durante cerca de cincuenta años, también están los guiones que se usaron, la colección completa del periódico El Campesino, los discos de las Escuelas Radiofónicas y las diferentes publicaciones que se hicieron, entre otros documentos. Tal vez uno de los tesoros inesperados es la correspondencia entre los líderes campesinos que impulsaban la alfabetización en sus regiones y los funcionarios de ACPO, quienes les contestaban religiosamente las cartas. En ese intercambio epistolar hay una fuente para la historia cotidiana, de los usos y costumbres, de la forma de hablar y de escribir del campesinado colombiano. La selección de artículos busca ser solo el comienzo de otras investigaciones sobre los múltiples temas que esta historia evoca. El material gráfico que ilustra los artículos pertenece al archivo recibido por la Biblioteca. Aunque enfrentamos grandes dificultades para lograr una precisa identificación de las imágenes, el registro fotográfico que seleccionamos le permitirá al lector evidenciar la magnitud de la labor desarrollada por ACPO en sus cuarenta y siete años de actividad.

    La Biblioteca Luis Ángel Arango agradece a Germán Vallejo su empeño en hacer posible la donación del archivo y a todas las personas que lo custodiaron durante años y lo organizaron; gracias a todos ellos llega intacto a nosotros. Hilaria Gutiérrez, líder campesina que cuando todos se fueron se quedó al frente del archivo y quien ayudó a su entrega, es una de ellas. Su historia cierra este número del Boletín, porque ella, mejor que nadie, es fiel testimonio de lo que significó Radio Sutatenza para los campesinos colombianos.

     

  • Boletín Cultural y Bibliográfico
    Vol. 46 Núm. 81 (2011)

    VIDA Y OBRA DE ERNESTO GULH NIMTZ

    Cuando se piensa en la historia de la geografía colombiana el nombre de Ernesto Guhl Nimtz sobresale, sin lugar a dudas, como una coyuntura sobre la que se articula y se da comienzo a la geografía moderna colombiana. En su formación y su vocación se mezclan características de los geógrafos empíricos del pasado y de los geógrafos técnicos y científicos que desarrollaron la disciplina para un entorno académico.

    El espíritu de los primeros, más cercano a la figura del viajero y explorador, lo impulsaba a recorrer el territorio con instrumentos y libreta en mano, lo que lo llevó a los rincones más apartados y a conocer el país palmo a palmo, sin detenerse ante ninguna distancia, aguacero o lejanía.

    El espíritu de los segundos lo traía en su maleta de inmigrante alemán y fue el que le permitió unir ese conocimiento de terreno con las ideas del habitante como verdadero creador y dinamizador del paisaje. Su curiosidad intelectual y sus conexiones con científicos diversos le permitieron hermanar humanidades y ciencias para plantear las preguntas características de la geografía humana, aquellas que llevan a transformaciones en la manera de pensar el territorio, las regiones, la equidad en el acceso a los recursos naturales y, en general, la relación de la geografía con el destino de los pueblos Así lo recuerdan sus alumnos, sus colegas, sus amigos y este número del Boletín Cultural y Bibliográfico que busca hacerle un homenaje para que se le continúe recordando como un extranjero que ayudó al país a crecer en su conocimiento de sí mismo.

  • Boletín Cultural y Bibliográfico
    Vol. 45 Núm. 79-80 (2011)

    EDICION ESPECIAL - BALANCE BIBLIOGRÁFICO (1997 - 2010)

  • Boletín Cultural y Bibliográfico
    Vol. 45 Núm. 78 (2008)

    Tema: Higiene y ciencias médicas en Colombia
  • Boletín Cultural y Bibliográfico
    Vol. 44 Núm. 76-77 (2007)

    Tema: Literatura colombiana del siglo XX
  • Boletín Cultural y Bibliográfico
    Vol. 44 Núm. 75 (2007)

    Tema: El Caribe colombiano en la historia de Colombia
  • Boletín Cultural y Bibliográfico
    Vol. 44 Núm. 74 (2007)

    Tema: Radio, fotografía y arte en Antioquia
  • Boletín Cultural y Bibliográfico
    Vol. 43 Núm. 73 (2006)

    Tema: Poetas colombianos del siglo XX
  • Boletín Cultural y Bibliográfico
    Vol. 43 Núm. 71-72 (2006)

    Tema: Industria y comercio en la historia de Colombia
  • Boletín Cultural y Bibliográfico
    Vol. 42 Núm. 70 (2005)

    Tema: Viajes, viajeros y medios de transporte
  • Boletín Cultural y Bibliográfico
    Vol. 42 Núm. 67 (2004)

    "El Mosaico", "Panida" y "Chanchito"
  • Boletín Cultural y Bibliográfico
    Vol. 41 Núm. 66 (2004)

    Archivos de Arquitectura en Colombia
  • Boletín Cultural y Bibliográfico
    Vol. 41 Núm. 65 (2004)

    Ciudad y frontera en el Nuevo Reino de Granada
  • Boletín Cultural y Bibliográfico
    Vol. 40 Núm. 64 (2003)

    El Museo del Oro
  • Boletín Cultural y Bibliográfico
    Vol. 37 Núm. 54 (2000)

    CIEN AÑOS DE LOS MIL DÍAS

    Cien años de los Mil Días es una publicación que permite a todos los interesados recordar y releer un fragmento de importancia crucial para la historia colombiana. El material literario y gráfico está conformado por tres artículos de fondo elaborados por especialistas en el tema, además de treinta y dos breves capítulos sobre los aspectos principales que tuvo la exposición, y, por último, la lista completa de la obra. Confiamos en que la consulta y lectura de este Boletín sea una invitación permanente a utilizar las colecciones del Museo para una comprensión más profunda de la historia de Colombia.

  • Boletín Cultural y Bibliográfico
    Vol. 37 Núm. 53 (2000)

    Volumen: XXXVII

    Número: 53

    Año: 2000

1-50 de 266